TRABAJO:
“También las canciones infantiles van a psicoterapia:
Pimpón es….
¡un obsesivo!”
Por: Jazmín Lolbeh Caamal Torres
Zacatecas, Zac.
Octubre de 2011
NOMBRE. PINto PONce Pinpon.
EDAD. 24 años
SEXO. H
ESTADO CIVIL. Soltero ( en una relación desde hace seis meses)
NACIONALIDAD. Mexicano
DIRECCION. Av. Freud, Calle trastorno, Col. Infantil, #1900
LUGAR DE NACIMIENTO. Zacatecas, Zac
FECHA DE NACIMIENTO. 14 de enero de 1987.
LUGAR DE RESIDENCIA. Zacatecas, Zac.
RELIGION. “Privada”.
ESCOLARIDAD. Estudiante de Maestría en Contaduría.
OCUPACIÒN. Contador en una empresa importante.
FUENTE DE INFORMACIÓN. El paciente.
NO. DE ENTREVISTAS. 1
FECHA DE INGRESO. Octubre de 2011
FUENTE DE REFERENCIA. Un ex paciente.
PSICOLOGA. Jazmín Lolbeh Caamal Torres.
DESCRIPCION DEL PACIENTE.
Pinpon es un paciente, muy guapo y de complexión media (aprox. 60 kg), estatura 1.68, de edad aparente a la cronológica (30 años), luce muy aliñado. De tez clara, cabello corto y castaño, peinado con un partido en medio hacia la derecha; , cara redonda, cejas medianamente pobladas, nariz recta, ojos grandes color café claro, pestañas chinas; boca mediana, labios delgados, dientes parejos y limpios. Hombros anchos, piernas largas, manos grandes y limpias, uñas recortadas y limpias.
Por lo general usa ropa de vestir, pantalón y camisa bien planchada, abrigos muy bien cuidados, zapatos lustrados.
Pimpon entra al consultorio, saludando solo de voz y se para junto al sillón, se quita el abrigo y lo acomoda y lo coloca en el descansabrazos, se sienta muy derecho y con los pies juntos, acomoda su pantalón y comienza su discurso meticulosamente ordenado, lleno de detalles y redundante.
MOTIVO DE CONSULTA.
Pimpon refiere sentirse abatido porque al llegar al trabajo tiene que saludar a las personas, sus compañeros le dicen con algarabía “Pinpon dame la mano con un fuerte apretón” y a el le cuesta mucho trabajo extender la mano porque piensa que las otras personas pueden tener algo o haber tocado algún objeto sucio y por lo tanto le ensuciarán las manos.
El dice que cada vez que saluda a alguien o toca las perillas de las puertas de las oficinas de los compañeros, tiene que ir a lavarse las manos. Constantemente está revisándose las manos y justo después de terminar cada cuenta tiene que lavarse las manos, en un día ha llegado a lavarse las manos 40 veces.
Hace días un compañero notó que Pimpón no lo quiso saludar y le dijo “ tranquilo, que quiero ser tu amigo… Pinpon… Pinpon… Pinpon... te sugiero que acudas con una psicóloga”
Y Pinpon se sintió preocupado de que su compañero notara la inquietud que le genera tener que saludar y convivir con los demás.
Pimpon también dice sentir que ya no puede con lo que le sucede, que cada mañana se tiene que levantar más temprano para alcanzar a hacer todo lo que tiene que hacer.
La relación de Pimpón con su novia Abril se ha ido dificultando debido a que este solo quiere hablar de los nuevos productos antibacteriales.
ANTECEDENTES DEL PROBLEMA.
Pimpon recuerda que desde los seis años le gustaba mantener sus pocos juguetes en orden, llevar un horario y realizar actividades similares.
Le gustaba ser ordenado y mantener su habitación limpia y en orden.
Ser puntual y cumplido.
No le gustaba hacer actividades que implicaran arrastrarse, jugar con tierra o agua porque le gustaba mantenerse siempre limpio y presentable.
ESTADO ACTUAL DEL SÍNTOMA.
El problema se acentuó desde hace seis años, recuerda que fue justo cuando su abuela enfermó y el se tuvo que ir a otra ciudad a estudiar.
Actualmente le representa una molestia para su trabajo y para la relación con su pareja.
HISTORIA FAMILIAR.
PADRE: Fernando, 47 años, de ocupación Ingeneiro se fue a vivir a Francia (por cuestiones de trabajo) cuando Pimpon tenía seis años. Pero en los seis años convivía poco con Pimpon, por lo que el lo refiere como “un sargento”, una persona honorable que siempre emtía órdenes. Después de que se fue escribía cartas a Pimpon contándole lo que hacía.
MADRE: Sidney, 47 años, Maestra de música. Pimpón la describe como buena madre que era cariñosa cuando estaba con el, ya que por lo general se la pasaba dando clases de música.
Su madre lo llamaba pimponcito de cariño.
ABUELA PATERNA : Concha, de 71 años. Era quien cuidaba a Pimpón mientras la madre trabajaba, lo cuidó hasta los dieciocho años ya que Pimpón tuvo que salir a estudiar a otra ciudad. Pimpon la refiere como una buena abuela, adorable y cariñosa que le enseñó buenos modales. Y cuenta que desde pequeño el convivió mucho más con su abuela que con su madre.
Hace seis años cayó enferma por una descompensación diabética y Pimpón la asistió durante dos meses y actualmente el paga el medicamento que ella ocupa..
NOVIA. Abril, de 24 años, de ocupación vendedora de productos de limpieza. Es novia de Pimpón desde hace seis meses, se conocieron cuando Pimpón iba a comprar productos a su tienda.
Últimamente la relación ha sido difícil porque Pimpón solo quiere hablar de los nuevos productos de limpieza, además de que es poco expresivo, nada romántico y cero cursi.
HISTORIA PERSONAL
Pimpón fue un hijo planeado y deseado por los padres. Recuerda que su madre le contó que lleva ese nombre por una canción que a ella le cantaba su papá cuando era pequeña.
Durante el embarazo no hubo complicaciones, ambos padres estaban muy contentos, Pimpon nació de parto natural y este fue rápido.
La madre lo alimentó con pecho hasta los dos años de edad y realizó el cambio de alimentos sin dificultad alguna.
Pimpón aprendió a caminar rápido, pero en lo que si batallaron fue en enseñarlo a ir al baño, la que estuvo a cargo de ese proceso fue su abuela quien le compró para alentarlo una bacinica azul pero Pimpón se rehusaba a usarla.
Poco después comenzó a sufrir de estreñimiento por lo que la abuela lo sentaba hasta que hiciera popó o pipi, y no podía moverse de ahí hasta que la abuela lo indicara.
Cuando Pimpón duraba un día sin hacer popó la abuela le preparaba un juguito de ciruelas pasas con nopales, lo cual hacía efecto y Pimpón tenía que permanecer sentado en la bacinica porque tenía diarrea. Y cuando esto pasaba, por lo general Pimpón se ensuciaba a lo que la abuela le decía “puerco, marrano cochino” y lo obligaba a limpiar su “cochinero” y después de limpiarlo la abuela lo metía a bañar y le tallaba con un estropajo remojado con un poco de cloro las manos.
Durante el jardín de niños tuvo problemas para relacionarse con los demás niños ya que al no le gustaba jugar en el arenero o ensuciarse los zapatos en la tierra, aborrecía tocar las cadenas de los columpios porque después las manos se le ensuciaban. Le gustaba mucho colorear con crayolas y jugar con plastilina, aunque esta última provocaba que Pimpón tuviera que lavarse varias veces las manos después de jugarla.
En la escuela se destacó por ser un niño inteligente, un orador excelente ya que su lenguaje correspondía a un niño de mayor edad y sus tareas eran meticulosamente detalladas, siempre asistía limpio y mantenía en orden su mesabanco.
Durante su adolescencia Pimpón era un niño modelo de buenas conductas.
Actualmente Pimpón lleva una rutina
6.00am suena el despertador que en la noche revisó cinco veces.
6.05am se levanta a lavarse su carita con agua y con jabón, procedimiento que repite en tres ocasiones para quedar muy limpio y evitar las lagañas, posteriormente se desenreda el pelo con un peine de marfil (no le gusta peinarse con otro peine)
6. 20 prepara el desayuno asegurándose varias veces que lo ha puesto junto a la puerta para no olvidarlo antes de salir, y entonces toma su leche evitando ensuciar el delantal.
Revisa las cosas que tiene que llevar al trabajo, se siente inseguro de no haberlo hecho bien una noche antes.
Elabora meticulosamente la rutina del día pero cuando a penas las estrellas comienzan a brillar Pimpón se va la cama y se acuesta a descansar.
Pimpon anexa que se siente muy abatido y que incluso recurrió al médico por sus constantes estreñimientos ya que no le gusta ir al baño del trabajo, y cuando tiene mucha necesidad de ir, gasta casi un rollo de papel en forrar la taza para poder sentarse y después se tiene que lavar varias veces las manos.
Pimpón recuerda que uno de los momentos más difíciles fue ver a su abuela enferma, en el hospital y tener que asistirla durante dos meses.
PAUTAS DE AJUSTE A LA VIDA ADULTA.
Pimpón trabaja actualmente en una empresa muy importante como contador, decidió esa carrera porque “en esto se tiene que ser exacto, entregar a finanzas los impuestos de manera puntual, todo tiene que cuadrar, trabajas con dinero y sin tener que tocarlo”.
Últimamente con el incremento de los síntomas Pimpón se siente incapacitado para hacer su trabajo de forma rápida ya que se tarda en lavarse las manos después de cada informe.
Pimpón vive en un departamento que renta y en fines de semana va y visita a su madre.
Pimpón tiene una relación con una chica llamada Abril desde hace seis meses.
VIÑETA.
Pimpón es un paciente muy guapo y de 24 años, extremadamente aliñado, inteligente, poco expresivo y con un excelente puesto en una importante empresa.
Hijo único, educado por la abuela debido al trabajo de los padres. De profesión contador, y actualmente se encuentra en una relación de pareja desde hace seis meses con una chica llamada Abril.
Su problema radica en que se lava compulsivamente las manos, después de saludar a alguien o entregar algún informe, ha llegado a lavárselas en un solo día alrededor de 40 veces, lo que le ha complicado las relaciones en el trabajo y con su pareja. El problema se ha acrecentado desde hace seis años que la abuela, quien lo cuidó de niño, se encontraba en el hospital y Pimpón la asistió durante dos meses, pero tuvo que dejarla porque el tenía que irse a estudiar.
Varias sesiones posteriores, Pimpón recuerda que en esos dos meses fallecieron dos personas y Pimpón tuvo que ir a los velorios, dice que cuando vio las cajas un pensamiento llegó a su mente: que en lugar de la persona estuviera la abuela. Ese pensamiento le asustó tanto que tuvo que ir al baño y lavarse su carita con agua y con jabón, pero ante tanta angustia, recordó que no solo la cara, sino que lavó una y otra vez sus manos, como su esto evitara que el pensamiento se volviera a repetir.
Pimpón manifiesta un lavado compulsivo de manos, cuya explicación se encuentra en la relación que Pimpón estableció con su abuela, pero que hasta sesiones atrás estaba mantenido por la represión. La abuela fue una persona muy dura en la enseñanza del control de esfínteres, hacía que Pimpón se sentara en una bacinica y si se estreñía lo obligaba a tomar un jugo de ciruelas pasas con nopal lo que le provocaba diarrea y hacía que se manchara, la abuela le decía cochino y lo obligaba a limpiar. Sin embargo, la ambivalencia (odio – amor) lleva a Pimpón a experimentar un pensamiento no deseado y recurrente, por lo que mediante la repetición de compulsiones intenta mitigar la angustia que genera. Por lo que para evitar su miedo ante que su deseo se haga realidad Pimpón lava sus manos como si lavara de su cabeza esa idea, tratando de evitar así el sentimiento de miedo ante sus temores destructivos.
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